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sábado, 5 de septiembre de 2009

Aventuras Londinenses II

Me encantan los hoteles. Me gusta levantarme y ducharme y vestirme sin pensar en recoger. Me gusta encontrarme el desayuno puesto y no tener que cargar con las consecuencias. Me gusta volver de pasear y encontrarme la habitación ordenada, hacerme un te en la habitación, bajar a leer al hall...Si, soy una snob a la que le encantaría vivir consentida.
Aclarado esto, lunes en Londres.
Lo primero, acercarse a Liberty y sus maravillosas telas. Un rincón de la más dulce tradición estampada, de camino a Carnaby Street y el Soho.


Buscando una tienda que nos habían recomendado ( All the fun for the fair ), encontramos un pequeño centro comercial que nos robó el corazón: Kingly Court contiene tiendas de segunda mano plagadas de tesoritos, boutiques burlesque ( cómo está Londres esta temporada con lo burlesque!), crafters y...la peluquería más rockabilly que he visto en mi vida: It's Comething Hell's !! Sofás de cuero, muebles de los 50, barra de bar, secadores de pelo en forma de revolver...el paraíso de la brillantina. Menos mal que estaba cerrada, que si no salimos como Johnny y June Cash.


Aún conmocionados, continuamos nuestra búsqueda de emociones fuertes en torno a Charing Cross Road. A. miró y remiró todas las tiendas de instrumentos musicales de la zona ( a punto estubo de comprarse un ukelele con forma de Flying V ) y yo perdí la córnea y las huellas dactilares en las tiendas de libros.
Por supuesto, la foto en la placa del 84, de obligado cumplimiento y recuerdo sartenero.


Tras echar mano de la inprescindible Oyster Card ( ¡gracias, Cristina!), nos fuimos hacia el Temple.
¡¡Ay, la tienda de Twinings!!
Yo seleccionando tés como si tuviese que abrevar a un batallón y A. desesperado pensando que "total, todo sabe a agua caliente".
Entre desespero y desepero, he descubierto el té de Vainilla que a partir de ahora encargaré a todo aquel que viaje a territorio Twinings.


Recorrimos el Strand y Fleet Street ( ni barberos, ni pasteles de carne, por si acaso ) en busca de la iglesia del Temple, que aún no había visitado.
Tom Hanks la encuentra enseguida en El código Da Vinci, pero a nosotros nos costó un poco más. Y todo justo para llegar a la hora del cierre ( aquí se van a comer y cierran la parada a las 14 h. ). Aún, así, pudimos echar un vistazo y creo que habrá que volver a visitarla con más detenimiento.




Y, después de comer...a Baker Street!!! No convencí a mi Santo para volver a visitar el Museo de Sherlock Holmes ( que yo recomiendo largamente como experiencia Kitsch ), pero de la tienda no se libró. Encontré un libro morbosísimo sobre Jack el destripador, que incluye fotos inéditas de los cadáveres y reproducciones de documentos de la investigación, entre las que destaca la conocida carta "From Hell".



Tras tanta emoción hubo que ir un rato al Hotel a descansar, pero no mucho. A cenar, al Serpentine de Hyde Park...Allí caí en que Barcelona jamás será capital porque, ni la atraviesa un río, ni tiene un parque digno de llamarse así.


Al anochecer, de vuelta al hotel, encontramos esta preciosa estatua erigida en memoria de los animales que se vieron involucrados en la II Guerra Mundial. Un detalle que enlaza con la visita al Imperial War Museum que realizamos al día siguiente y que ya os contaré otro día.







4 comentarios:

Toronto dijo...

De It's Something Hell's... me gusta todo!!! Esa estantería cohete, esas butacas...

Cristina dijo...

Ay, qué de cosas chulas...

A la tienda de Twinings no he ido (Twinings no es de mis marcas preferidas de té...) pero el té de vainilla es una delicia. Hmmmm.

Lo de los ríos ya sabes que lo comparto y con lo de los parques tienes razón. Yo en Barcelona echo de menos espacios verdes. Ya sé que aquí no es tan sostenible como en Inglaterra, pero aun así. Y la Ciutadella no sé si cuenta del todo. En Madrid al menos está el Retiro.

Curioso monumento el de los animales. Y me has dejado con la miel en los labios por saber qué tal el Imperial War Museum.

Bueno, ya me callo :|

Samedimanche dijo...

Toronto: se hace usted el tupé, fijo!!
Cristina: te anticipo que nos encantó el IWM, no sufras, mujer! Lo pasamos genial y lamentamos las tonterías que se hacen en el Castillo de Montjuic ¡era el sitio ideal para algo parecido en Barcelona! Claro que aquí las puyas y los descalificativos no se acabarían nunca...

Cristina dijo...

Ay, qué peso me has quitado de encima. Mira que si vas "recomendada" por mí y no os llega a gustar... menudo plan. Ahora me quedo con ganas de más detalles, pero con menos tensión ;)