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viernes, 31 de julio de 2009

À la plage.Pasatiempos veraniegos II

Tras la victoria de Jeremy Northam vesido de viejuno, os planteo un nuevo reto. A saber: título de las películas a las que corresponden las imágenes ( facilísimo) y nombrar aquella en la que nadie se baña en el mar (facilísimo también ), voluntaria o involuntariamente.
Luciana, tu madre también puede participar y humillarnos a todas.





martes, 28 de julio de 2009

Alice in Wonderland


Compruebo que Alicia nos tiene a todos mirando el reloj ( o el calendario) cual conejo blanco...
Mientras llega y no llega la versión de Tim Burton, os dejo con algunas Alicias anteriores. Imposible escoger una.





Maria L. Kirk ( New York: Stokes, 1904) y Arthur Rackham ( London: William Heinemann, 1907. Added June 15, 1996).








Gwynedd M. Hudson (London: Hodder, 1922; New York: Dodd, 1922) y A. E. Jackson ( New York: Henry Frowde, 1914; London: Frowde, 1915 ).







Mabel Lucie Atwell (London: Raphael Tuck & Sons, Ltd., 1910 ) y Bessie Pease Gutmann ( New York: Dodge, 1907 ).





Imágenes extraídas de: http://www.exit109.com/~dnn/alice/



sábado, 25 de julio de 2009

Pasatiempos veraniegos I




Llegado el verano, los períodicos se llenan de columnas de opinión y de pasatiempos. Que si una sopita de letras, que si un megasudoku, que si unos autodefinidos de famosas...
Pues yo no voy a ser menos: inauguremos, pues, nuestros propios pasatiempos veraniegos.
De entrada os propongo una duda que me corroe: ¿quién está mejor de decimonónico, Jeremy Northam o Paul Bettany?

Jeremy apenas se quita la casaca para aparecer de contemporáneo...pensemos en Emma o en Posesión.
Pero Paul ganó muchos puntos con la bata de convaleciente en Master & Commander...







Espero ansiosa vuestras opiniones: podeis votar en la columna de la derecha.
Anímense!!



miércoles, 22 de julio de 2009

Los peligros de la admiración contemporánea.

Los admiradores de artistas muertos sabemos que, salvo en extraordinarias ocasiones, jamás disfrutaremos de más obra que de la que hay. No hay más libros de Dickens, no hay más discos de Elvis.



Aún hoy, cuando el saqueo de los trasteros de los difuntos es un hecho habitual, sabemos que a pesar de las remasterizaciones, los cuadernos de notas, las maquetas o los bocetos, no hay más leña que la que arde.
Pero muchos fans de Michael Jackson no saben nada de todo esto y por eso debe ser que anden suicidándose por ahí, porque en el universo bombardero de imágenes en el que vivimos ya no aparecerán nuevas imágenes del ídolo, no habrá nuevos discos, ni videos, ni excentricidades...
Espero que sea por esto y no por pena, porque cuando realmente despertaba Michael nuestra conmiseración - si lo ha hecho - fue en vida.
No me valen los argumentos del tipo "es que lo pasó tan mal": el mundo está lleno de gente que lo pasa fatal y ni nos inmutamos. El argumento de que era un gran artista ( me guste o no), al fin y al cabo me daría la razón.
Acicatados a vivir el presente, aún concebimos el futuro como una prolongación de éste, como un cúmulo de posibilidades que, sin embargo, el pasado erradica para siempre.
Para el fan, para el admirador, el pasado es garantía de futuro mientras el artista sigua vivo. Cuando éste desaparece, sólo queda un futuro vacío, un presente inestable y un pasado omnisciente. Un panorama muy poco alagüeño para el alma moderna.

martes, 21 de julio de 2009

La conexión gibraltareña.

Casualmente, el día que termino La reina en el palacio de las corrientes de aire ( ya me perdonarán, pero qué harta estoy de los titulitos de marras...no entro en lo acertado o no de su traducción, sino en la complejidad despistante de su "tonito" ), el ministro Moratinos visita Gibraltar...¿se encontrará allí con Lisbeth Salander?



sábado, 18 de julio de 2009

Anna K. Green: El caso Leavenworth ( Imágica Ediciones )




El verano es tiempo de novela enigma. Desde bien pequeña, las ediciones dobles de Agatha Christie en tapa blanda y las aventuras de Sherlock Holmes han formado parte de mi imaginario vacacional: piscina, sandía y una novela de detectives.
Con los aniversarios de nacimiento y defunción de E.A. Poe que se celebran este año parece coincidir el retorno de el de Boston al lugar que merece como creador de Auguste Dupin, primer detective literario célebre (Los crímenes de la calle Morgue apareció por primera vez en 1841 ), convenientemente ataviado de excentricidad y talento. A Dupin se deben las características que han hecho inmortales a Holmes o a Poirot.
Pero con Poe no está todo explicado. El detective desvelador de misterios extravagantes e imposibles nace unos años más tarde: en Inglaterra, en 1868, de la mano de Wilkie Collins y su sargento Cuff ( La piedra lunar , donde ya aparece un “Watson” maravilloso que pone a Robinson Crusoe como compendio de la sabiduría humana ), en los estados Unidos, en 1978, con el libro que nos ocupa.
El caso Leavenworth propone un crimen de difícil resolución al que se enfrentarán el sagaz detective Ebenezer Gryce ( que, posteriormente también aparecerá en otros trabajos de Green como The Staircasecat Hearth’s Delight, de 1894, o The Circular Study, de 1900, acompañado de diversos socios que, a su vez, acabarían apareciendo en otras tantas novelas para regocijo del lector ) y el joven abogado Raymond, consiguiendo convertir a su autora, gracias a su fulminante éxito de ventas, en una importante autora de novelas de detectives a ambos lados del Atlántico.
En 1880, impresionado su trabajo, sir Arthur Conan Doyle pide una entrevista a la autora aprovechando una visita a América. Y es que el talento de Green para tratar el género se hizo evidente desde el primer momento.
La estructura de sus novelas cuenta ya con un encuadre moderno, enriquecido con sus amplios conocimientos sobre leyes y procedimientos policiales y judiciales que le permitieron componer escenarios, tramas y ritmos más cercanos ya al siglo XX que a sus contemporáneos.
Como en la mayor parte de su obra, en El caso Leavenworth Green presenta un proceso gradual de aparición de pruebas y pistas, que avanza en paralelo para detective y lector, colocando a éste a la altura del sabueso a lo largo del proceso de deducción que finalmente acabará por desvelar al culpable. La emoción está servida.
El caso Leavenworth comienza con un asesinato en extrañas circunstancias que deja a dos jóvenes – sobrinas del acaudalado difunto – en manos de su abogado y de la voluntad policial de resolver el caso. El testamento del finado, además, favorece por completo a una de las muchachas mientras olvida a la otra, aunque ambas se considerarán sospechosas conforme aparecen los indicios, desparecen criadas, se extravían cartas o se limpian revólveres. A partir de aquí, todo es proceso de investigación, jalonado con una serie de flashbacks ( que desarrollan, aquí si, auténticos melodramas victorianos ) que darán cuenta del perfil humano (tan imperfecto como impredecible ) de sus protagonistas. Por supuesto, el culpable es descubierto, juzgado y condenado… así que a la playa tranquilos.

A. K. Green

viernes, 17 de julio de 2009

¿Cuantos Larssons has visto hoy?

Empieza el concurso: ¿Cuantos Larssons has visto hoy?




Son las 18:38 h. y yo ya llevo 19 en exposición y 11 enganchados a un lector ( sin contarme a mi... ;).

miércoles, 15 de julio de 2009

El Príncipe Mestizo...

Ya está aquí.
Jamás había visto el Icaria tan lleno de buena mañana...y todo por ver a Harry Potter y sus amigos. Y llevarse una decepción.
Sintiéndolo mucho, la adaptación que ha quedado en los enamoramientos juveniles y apenas ha dejado un huequecito para la oscuridad creciente, la amenaza y el anuncio de desdichas. Se han saltado casi todo sobre Snape y el libro de conjuros!! Menos mal que han dejado que viésemos lo mal que lo pasa un casi shakesperiano Draco Malfoy...
En fin, que verla hay que verla, pero atención que, más allá de su espectacular fotografía brumosa y sus estupendos planos de transición, no espereis encontrar demasiado. ¡Qué lástima!


miércoles, 8 de julio de 2009

Harry Potter

Después de las Guerras, ha llegado la Magia.
Ya hace un tiempo que os hablé de El mago de la guerra y ahora le ha llegado el turno a Manual de la Oscuridad. A parte de sus excelencias literarias, esta obra de Enrique de Hériz, repasa con maestría los grandes momentos de la historia de la magia y el ilusionismo.
A mi, la verdad, la magia actual me trae sin cuidado. A mi me gusta el ilusionismo del XIX, con sus Armarios de Proteo, sus levitaciones y sus autómatas jugadores de ajedrez.
Y si no, que me den a Harry Potter.




El pasado lunes 6, pasó por Barcelona el Tour de Harry Potter y el misterio del príncipe, anticipándose a su estreno.
Y para allá que nos fuimos.
El Tour consistía en un gran autobús donde pudimos ver algunos de los ropajes y complementos de la película y ( ejem!) participar en un concurso de conjuros que, si lo ganamos, nos proporciona un tour ( este de verdad ) por el set de rodaje de la próxima película.
Como se que me estaréis llamando freak, aclararos que no había ni un sólo niño...todos los allí reunidos conocimos las cintas de casette...



Aquí la "Saeta de Fuego" y el Sombrero seleccionador.



Aquí, el atuendo Potteresco por excelencia.



Los cachivaches de Dumbledore.



La entrada al autobús (No, no era el autobús noctámbulo. Lástima).


Para saberlo todo sobre la película, aquí está la web oficial.
Mi Santo ya está avisado: si me llaman de Hogwarts con una beca, lo dejo todo.

jueves, 2 de julio de 2009

Las mujeres trabajadoras tambien puden ser...asesinas.



Cuando te rompes una pierna, sólo ves escayolados.
Cuando alguien espera un hijo, sólo ve embarazadas.
Cuando lees Ellas solas de Virginia Nicholson, alcanzas un nivel de conciencia sobre la condición femenina y lo que nos ha costado llegar hasta aquí que te hace detectar información en las lecturas más veraniegas y peregrinas.
Esto nos contaba Agatha Christie sobre las soltera trabajadoras ya bien entrada la década de los 40.




"Había ascendido hasta el último piso de un edificio desnudo y llamado a la puerta número 584 de los Gillespie Buildings, cuya existencia obedecía a un deseo de proporcionar lo que llamaban "pisitos"a mujeres trabajadoras.

Allí, en un espacio pequeño, cúbico, vivía la señorita Cecilia Williams, en una habitación que era alcoba, gabinete, comedor y cocina mediante el juicioso uso de un fogoncito de gas. Una especie de cuchitril anexo contenía una bañera mínima y los servicios de rigor.

A pesar de lo reducido del lugar, la señorita Williams había logrado imprimirle el sello de su personalidad.

Las paredes estaban pintadas al temple, de un color gris pálido ascético, y de ellas colgaban varias reproducciones. (...)

El trozo cuadrado de la alfombra estaba raído, los muebles maltratados y de mala calidad."



A. Christie, Cinco cerditos.Cap. 9 ( 1942)








"¡Que Midge,la libre, la alegre, la franca Midge, tuviera que adoptar semejante ectitud! ¡Tener que someterse, como era evidente que se sometía, a las insolencias, a las groserías que le estaban diciendo! ¡era intolerable! Luego, al expresarle él sus preocupaciones, le había largado a boca de jarro la desgradable verdad: que una tenía que conservar el empleo, que no era fácil encontrar colocación y que conservar un puesto representaba algo más que cumplir con una determinada obligación.

Hasta entonces, Edward había aceptado vagamente el hecho de que muchas jóvenes tenían " empleo" hoy en día. Si algún pensamiento había dedicado al asunto, había sido para suponer que, en general, tenían empleos porque les gustaban los emplos, que halagaban su sentido de independencia y les proporcionaban algo suyo rn qué interesarse en la vida"




A. Christie. Sangre en la piscina. Cap. 24 ( 1946)